jueves, 14 de abril de 2016

El nacimiento del cristianismo y el arte paleocristiano en Andalucía

El cristianismo en el Imperio Romano
El cristianismo comenzó entre un pequeño número de judíos. En el libro de los Hechos de los Apóstoles 1:15 se mencionan cerca de 120. En el siglo III, el cristianismo creció hasta convertirse en la congregación dominante en el norte del mundo mediterráneo. También se extendió de forma importante al este y al sur del Mediterráneo. Esta sección examinará aquellos primeros 300 años.
Los hechos que acontecieron en los primeros años del cristianismo se relatan en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Actualmente se cuestiona la veracidad de algunos de estos relatos debido a la gran proliferación de libros falsos sobre los Hechos (o Actos) de los apóstoles que abundaban durante el cristianismo primitivo, pero la mayor parte ha mantenido la esencia del mensaje, confirmado por evidencia arqueológica reciente. 
El arte paleocristiano en Andalucía
Se denomina arte paleocristiano al estilo de arte que se desarrolla durante los seis primeros siglos de nuestra era, desde la aparición del cristianismo, durante la dominación romana, hasta la invasión de los pueblos bárbaros, aunque en Oriente tiene su continuación, tras la escisión del Imperio, en el llamado arte bizantino.
En Occidente, Roma es el centro y símbolo de la cristiandad, por lo que en ella se producen las primeras manifestaciones artísticas de los primitivos cristianos o paleocristianos, recibiendo un gran influjo del arte romano tanto en la arquitectura como en las artes figurativas. Lo mismo que la historia del cristianismo en sus primeros momentos, en el arte se distinguen dos etapas, separadas por la promulgación del Edicto de Milán por Constantino en el año 313, otorgando a los cristianos plenos derechos de manifestación pública de sus creencias.
Los relieves de los sarcófagos paleocristianos
Los primeros sarcófagos cristianos aparecieron a finales del siglo II, aunque la mejor época de los mismos será el periodo que se extiende entre los años 340 y 370, a la que pertenece el sarcófago que vamos a analizar. Éste es un tipo de enterramiento costoso, por lo que sólo los cristianos acomodados podían permitirse ser enterrados en estas obras de arte. En el siglo IV aumentó el número de estas obras en la medida que los altos funcionarios imperiales se convertían al cristianismo. Hay tres modelos básicos de sarcófagos cristianos que repiten los modelos "paganos" preexistentes, que pueden combinarse entre sí. Están los que se decoran con un único registro con distintas escenas mezcladas en un friso corrido, como éstos del Museo Vaticano en donde se intercalan seguidas y sin separación escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.

        

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